La razón de Rudi Fernández para ver Trumbo
Rudy, ya sabes que Andrés Montes fue un periodista deportivo inusual: era mulato, llevaba gafas redondas de pasta y una pajarita al cuello. Su aspecto era algo secundario, un locutor aparece en pocos momentos a lo largo de una retransmisión, lo importante son el desarrollo del partido y vosotros, los protagonistas. Montés destacaba realmente en su manera apasionada y divertida de narrar los encuentros, en la que inventaba términos para denominar aspectos del juego y apodos. Su tiki-taka ha sido utilizado en todo el mundo para referirse al tipo de juego combinatorio y de calidad de la selección española de fútbol, y muchos recuerdan a Puyol como Tiburón, a Xavi como Humphrey Bogart, y a Montes repetir «Tócala otra vez, Sam» en cada ocasión que el barcelonista realizaba uno de sus pases.
Ya sabes, Rudy, que lo que hizo Andrés Montes fue adaptar el estilo que había perfeccionado en las canchas al fútbol. Porque Montes era, ante todo, un amante del baloncesto, y fue gracias a sus retransmisiones del Mundial de Japón del 2006, que España ganó por primera vez y en el que tú jugaste, que obtuvo reconocimiento y fama. En aquel fantástico campeonato creó un vocabulario nuevo: un tapón se convirtió en un pincho de merluza, un gran baloncestista era un jugón y una canasta lejana era celebrada con el canto prolongado de ratatata. Algunos sobrenombres con los que bautizó a tus compañeros fueron muy ingeniosos. A Sergio Rodríguez lo llamó Mojo picón, porque era canario y revulsivo, cambiaba el ritmo del partido, le aportaba salsa. Calderón era Mr. Catering, a ti y a los demás os servía en bandeja canastas gracias a sus asistencias.
Montes recurrió al cine para nominar a algunos futbolistas. Para ti no fue algo nuevo, el recurso lo retomó de su faceta de comentarista de baloncesto, cuando Pau Gasol fue ET y Reyes, Espartaco. Sin embargo, en aquellas retransmisiones el significado de una muletilla se me escapaba. Cuando tú encestabas un triple, Montes subrayaba la acción con la frase: «Y Rudy cogió su fusil». Yo pensaba que simplemente empleaba el símil del tirador, pero no, había algo más, Montes hacía un homenaje cinematográfico con esa celebración.
«Rudy cogió su fusil» era la adaptación del título de la película, y de la novela homónima, Johny cogió su fusil. Dirigida y escrita respectivamente por el mismo hombre: Dalton Trumbo. Mientras veía este film, un clásico moderno que te recomiendo con fervor —eso sí, hazlo un día en que no estés demasiado triste—, reparé en la coincidencia y resolví que no podía ser casual. Montes era un cinéfilo y trufaba sus comentarios con guiños e invitaciones, en la mayoría de los casos evidentes, como esta, aunque para mi no lo fuera en el 2006.
Trumbo está en cartelera en estos momentos. Rudy, quizás sea una buena oportunidad para que vayas al cine y conozcas la vida de este estupendo escritor y guionista, que además firmó una de las mejores películas antibelicistas y en favor de la eutanasia, de la que surgió la expresión con la que Montes festejaba tus canastones. Piénsalo, se lo debes.