Destello 2

El tintineo de la cucharilla en las paredes de la taza me hizo reparar en tus manos. Con ellas doblaste la servilleta, tecleabas en el móvil y acariciaste la piel del bolso. Envidié los objetos que tocabas porque les dabas vida.
En la calle, mientras te despedías de una amiga, me atreví a cogerte de la mano sin que ella nos viera: reconocí las nervaduras, sentí la calidez. Supe que en cuanto se marchase nos besaríamos, pero no tuve prisa mientras recorrieses suave con tus dedos los míos como teclas de un piano, componiendo música.

La foto es de Vivian Mayer.

 

 

Tags: Destellos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.