Destello 7
El oficinista sale del trabajo cansado y piensa que no pospondrá hacer ese algo de lo que se arrepentirá; sopesa cambiar de aires, telefonear a un amigo olvidado o abandonar un mal hábito o, qué demonios, seguir con él hasta el final. Cuando acaba el año, todos somos ese oficinista ensimismado, silencioso, que sabe que al día siguiente ha de fichar.
Fotografía de Sergio Belinchón.
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