Destello 13

Antes las mejores mañanas eran estas. Faltaban unos días para finalizar el curso y las clases eran charlas en el parque y excursiones a la piscina. El aula quedaba atrás, recuperabas el exterior, respirabas el frescor madrugador antes de que el sol del primer verano se enrabietara. Vivías una transición de pequeñas obligaciones hacia la despreocupación, todavía al lado de tus compañeros, que empezaban a desdibujarse en la lejanía de otras playas y pueblos. La piscina vacía, su lámina cristalina sin romperse en mil pedazos. Las chicas se quedaban en bañador y tú contemplabas que aquello que habías imaginado en invierno era aun más bello. Cuando ellas se sumergían, dudabas entre lanzarte al agua o admirar ese juego de resplandores, el movimiento azul perfecto. Tus únicas certidumbres eran que olía a cloro, que los gorriones cantaban, que tus pies pisaban el césped mojado, y que la brisa y las mujeres pez electrizaban tu piel. Ya intuías, con melancolía anticipada, que aquellas mañanas serían las mejores.

 

El cuadro se titula Otra brazada y forma parte de la serie Como pez en el agua. La bonita exposición de Rosa Balaguer se puede visitar hasta el 17 de julio en el Centro de Historias.

 

 

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