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El Sonido del Fin

El genial Truman Capote inventó la autoentrevista. Me gustaría que lo que sigue fuese exclusivamente un ejercicio literario, un divertimento por mi parte. No es así. La comprensible falta de interés de los medios de comunicación en el lanzamiento de El Sonido del Fin, empuja a formularme unas preguntas para explicar la novela. Puesto en faena, aparte de sortear la locura, procuraré no masajearme: como periodista seré inquisitivo y como entrevistado sincero.

La contraportada de su nuevo libro reza lo siguiente:

En una ciudad decadente después de una revolución, Juan y David recuerdan en el funeral de Jorge, su profesor y amigo, los relatos que este les contaba: jóvenes que deambulan hasta las afueras para dejarse morir, un extraño personaje que busca un sonido quimérico, un grupo secreto que realiza orgías, unas parejas que quieren escapar en avión a Shanghái, la plaga de ratas que amenazó la revolución o una mafia que trafica con órganos. Juan y David se preguntan si esas historias fueron reales o inventadas. Para responderse, emprenden un viaje en el que descubrirán los secretos de la vida de Jorge. El Sonido del Fin trata temas como la supervivencia, la amistad, el castigo, la ficción, la venganza, la violencia y el amor.

El Sonido del Fin es una novela fragmentada o colección de relatos con un hilo conductor común. Cada capítulo se puede considerar dentro de un subgénero: ciencia ficción, de carretera, pulp, erótico y suspense.  

El libro tiene un sugerente título. ¿Qué es el Sonido del Fin?

El nombre lo tomo prestado de un capítulo homónimo de Limbo, una novela de Agustín Fernández Mallo. El autor explica que las cosas únicas lo albergan en su interior y que tarde o temprano se manifiesta. Pone varios ejemplos como el de Sokolov, que obtuvo permiso para grabar ruidos en la torre sur del World Trade Center justo el día anterior a los atentados. Colocó micrófonos por todo el edificio y logró registrar ese sonido en principio inaudible.

En uno de los episodios de mi novela, un personaje llamado René también inicia un recorrido vital y geográfico en busca de El Sonido del Fin. No obstante el principal motivo para que sea el título ha sido porque concebí la obra con esa vocación tan ambiciosa: que su singularidad la dote de una voz reconocible.

Ha hablado de Limbo, que es una de las referencias literarias, cinematográficas y artísticas que aparecen en su obra. ¿Ha pensado que pueden resultar pedantes para el lector?

Uno de los personajes de El Sonido del Fin es Jorge, antiguo profesor y amigo de los otros dos jóvenes protagonistas, Juan y David. Jorge es uno de los narradores, de hecho la trama comienza y avanza con las historias que Jorge les cuenta sobre Ciudad Nueva. Apoya sus relatos con pasajes de novelas y películas, y lo hace de manera natural porque él es profesor de Historia del Arte. Esa es la razón. Si Jorge hubiera ejercido otra profesión habría extraído las parábolas de aquella y no del ámbito cultural.

Dicho esto, las referencias corresponden al acervo popular en su mayor parte, de manera que el lector las conocerá sin ser un erudito. El objetivo es que identifique las situaciones, se sumerja en ellas fácilmente a través de su bagaje. Si no se posee, no es obstáculo puesto que Jorge no se limita a exponer un título sino que explica porque esa película o libro tienen relación con la historia que cuenta. Les ocurre a Juan y David, que son jóvenes en el año 2040, y no han visto Casablanca ni El Show de Truman, pero a través del relato paralelo del argumento y de lo ocurrido en Ciudad Nueva comprenden ambos, es como si las hubieran visto. En cualquier caso, es una invitación a disfrutar esas obras y no pretendí ser pedante.

Define la novela como una distopía, que es un género proyectado en el futuro. En cambio hay hechos que ocurren en el presente, en el año 2020.

El proceso de escritura comenzó en el 2014. El Kippel fue el primer relato con el que inauguré mi blog. Recibió buenas críticas y pensé que podría ser el punto inicial de una obra extensa que ahondara en el ámbito personal (lo micro, que es lo que realmente me interesa en la literatura) y en el social (lo macro) en un contexto de crisis económica que situé en el año 2020.

Desde esa partida la trama evoluciona y se recrudece. Ciudad Nueva vive una revolución y su posterior represión en un lustro. Las consecuencias de este periodo en la cotidianidad perduran décadas y son analizadas con perspectiva desde el presente de la narración, alrededor del año cuarenta.

Terminé de escribir la novela en el 2015. Antes de su lanzamiento podría haber variado las fechas para que no transcurrieran en la actualidad, pero me pareció una coincidencia que la crisis económica aconteciese el mismo año en la realidad y en la ficción aunque con un origen distinto. De hecho, no es el único hecho con paralelismos. En El Sonido del Fin se confinan a los menores ante el miedo a que las ratas propaguen la peste. Me perdonarás porque no deseo destripar más detalles. Tampoco quiero que se me malinterprete: no me considero un oráculo que en el 2015 predijo lo que iba a ocurrir. La trama discurre por terrenos distintos y espero que en el año cuarenta podamos seguir considerándola una distopía, es decir, una ficción ambientada en un futuro sombrío que nunca ha llegado a producirse.

Algunos le tacharán de oportunista por publicar el libro precisamente ahora.

Entre 2015 y 2016 estuve corrigiéndolo y posteriormente envié el manuscrito a editoriales. Si lo hubieran aceptado se habría publicado antes.

Durante estos años el proyecto ha estado aparcado, incluso descarté su publicación ante el desánimo que me produjo el rechazo de las editoriales a las que me dirigí. Hasta el momento presente en el que ha estallado la crisis. Aunque no es una novela sobre el coronavirus, su ambiente apocalíptico alguna analogía posee y puede servir de antídoto ante determinados comportamientos negativos que estamos observando. Si es que la literatura debe servir de antídoto o para cualquier otro fin.

Por su gesto contrariado, intuyo que no le he respondido. ¿Soy oportunista por publicar una distopía precisamente cuando vivimos en una? Piense en cualquier deportista, artista, empresario. Todos aprovecharon una oportunidad para mejorar. Conocí a mi pareja en un bar y jugamos nuestras cartas en aquella circunstancia. De aquel oportunismo ha nacido mi hijo. Así que bendito sea. La clave es no dañar a nadie y no creo que por vender un libro lo haga. Ni que vaya a convertirse en un superventas. Ojalá (García ríe). Cada persona es libre de elegir lo que lee y cada autor de escribir sobre los temas que le interesan.

Más bien corro el riesgo de que me consideren un cenizo. La gente está sufriendo y puede que prefiera otro tipo de literatura, algo que le evada en lugar de enfrentarlo con sus contradicciones y temores. Habría que estudiar las ventas de distopías durante esta crisis, si los lectores han regresado a libros como 1984, Un mundo feliz o Fahrenheint 451.

Al hilo de lo que ha comentado ¿Por qué cree que su obra no ha encontrado editorial? ¿Su calidad es insuficiente?

Tras escribirla la sometí al dictamen de un grupo de primeros lectores. Unos se centraron en aspectos estructurales y en los personajes y otros en cuestiones formales. Me dieron consejos que en la mayoría de las ocasiones adopté y creo que la obra ganó con ellos.

Tras ese proceso trabajé con una correctora profesional durante meses. Leíamos cada frase, la discutíamos hasta mejorarla, respetando el estilo que yo quería imprimir.

El manuscrito final es fruto de casi dos años de trabajo y de la colaboración de profesionales y amantes de la literatura. No es garantía absoluta de que el libro esté bien escrito, pero sin duda ha hecho que el resultado sea, al menos, cercano.

Los caminos que llevan a un editor a publicar una novela son inescrutables o no tanto. Sus decisiones se basan en razones formales (relativos a la calidad de la obra y a la coincidencia de su género, temática y estilo con la línea editorial), razones comerciales (previsión de que recuperará su inversión y obtendrá un beneficio) y en clientelismos y amiguismos. Dependiendo del tamaño de la editorial y su balance de cuentas priman unas u otras, aunque suelen combinarse en distintas proporciones en toda decisión.

En mi caso tuve la desgracia de que ninguna razón fuese lo suficiente fuerte para que un editor se arriesgara a publicar El Sonido del Fin. Espero que las críticas y los lectores evidencien que se equivocaron. Afortunadamente para mí, las posibilidades de publicación no acaban en las editoriales clásicas.

Retornemos al libro. En la publicidad dice que la novela es inclasificable, ¿por qué?

En las promociones todo es superlativo como en un perfil de una página web de citas. Sin embargo, a pesar de ser una exageración encierra verdad.

Es inclasificable porque me ocupo de diversos subgéneros: thriller, literatura de carretera, erótico, incluso existen toques de ciencia ficción y pulp en algunos de los capítulos. Así que, enmarcada en la distopía, la novela es difícil de clasificar, quizá todas sus partes compartan el suspense.

Por otro lado está el estilo con la que la he escrito. Deseo que el lector se sorprenda en los primeros compases, que repare en que en pocas ocasiones había leído algo semejante. ¿Cómo lo consigo? Presento la información en dosis y entrelazada a través de la utilización de varios narradores, de diversas perspectivas y de saltos temporales. Que nadie se asuste, los primeros lectores han coincido en que rápido la narración se hace natural y envolvente, y se participa de mi propuesta, que consiste en que el lector asuma un papel colaborativo recomponiendo la trama.  

Por último digo que es inclasificable porque es conflictivo etiquetarla como novela o colección de relatos.

Ahí quería llegar. En la sinopsis señala que nos encontramos ante una novela fragmentada o conjunto de relatos con un hilo en común. Nos puede explicar esto.

La novela es un género onnívoro, que engulle y procesa cualquier otro, sea ensayo, libro de viajes, biografía o relato.

Considero El Sonido del Fin una novela fragmentada porque si bien cada uno de sus capítulos se puede leer de manera aislada a modo de relato, adquieren pleno significado en una visión de conjunto. Esto es así por dos cuestiones.

La primera es que existen continuas referencias a las historias en cada capítulo. Son una especie de hipervínculos, nodos que conectan en todas las direcciones la narración aunque los personajes secundarios y el tiempo sean distintos. Según se avanza en la lectura se sospechan aspectos, se conoce información que antes no había sido detallada. Es parte del proceso activo que quiero que el lector desempeñe para que descubra el cuadro final.

La segunda, y más importante a mi entender, es la trama principal que se desarrolla a lo largo de todos los capítulos. Primero subyace en un estrato inferior y paulatinamente gana presencia hasta convertirse en el eje central. La trama a la que me refiero es la que protagonizan Jorge y sus antiguos alumnos, Juan y David. Tras la muerte de Jorge, rememoran las historias extraordinarias que les contaba. Mientras lo hacen, reparan en que desconocen aspectos esenciales de la vida de su profesor y se cuestionan si lo narrado fue real o pura invención. Para remediarlo inician una investigación, buscan a familiares y amigos de Jorge, emprenden un viaje que les lleva hasta una remota isla. He escrito El Sonido del Fin para hablar sobre la amistad.

El libro está situado en Ciudad Nueva, ¿es el trasunto de alguna ciudad que conozcamos?

Podría ser cualquier ciudad de tamaño medio. En los primeros borradores la urbe estaba identificada, pero finalmente prescindí de una localización concreta para que el lector, sea cual fuere el lugar donde resida, pueda imaginar su propia ciudad.

No obstante, un escritor suele y debe ambientar sus obras en lugares que conoce. No basta con leer guías, visitar la Wikipedia o Google Maps. Aunque no se describan con detalle los escenarios, el escritor debe haberlos pateado, comprender su simbolismo, aprehenderlos para que no sean meros decorados de cartón piedra. Dibujo a Ciudad Nueva tomando como modelo la ciudad a la que amo, de manera que muchos lectores la reconocerán.

¿Cómo se gestó la portada?

Pedí opinión a mis amigos de Facebook entre tres propuestas que yo mismo diseñé. Recabé 104 comentarios. Lo que representaba una muestra lo suficiente amplia para el objetivo. Fue emocionante asistir al transcurso de la votación ya que fue muy ajustada.

Debido a que se produjo prácticamente un empate entre las tres y atendiendo a las propuestas de los participantes sopesé combinar elementos de dos opciones (fotografía y tipografía), pero el resultado no me convenció. Finalmente escogí la portada más votada en su versión original.

¿Dónde se vende su libro?

De momento se vende solo en Amazon porque lo he incluido en el programa Kindle Unlimited que obliga a comercializarlo de manera exclusiva en esta plataforma durante 90 días. En el futuro me plantearé su inclusión en otras tiendas de venta online.

Permíteme que explique las diferentes opciones puesto que habrá personas que desconozcan la compra de libros a través de Amanzon.

Adelante, como si estuviese en su propio blog.

Las personas que están suscritas a Kindle Unlimited pueden acceder gratuitamente a más de un millón de títulos de la biblioteca de Amazon, entre ellos El Sonido del Fin. Para formar parte de este programa, el usuario tiene que pagar una cuota al mes de 9,99€. Funciona como las plataformas audiovisuales de Netflix o Filmin. En la gráfico explicativo final, es la flecha naranja.

La buena noticia es que actualmente existe una prueba gratuita durante 30 días. Antes de que finalice este periodo pueden descargar cuantos libros electrónicos deseen, leerlos y cancelar la suscripción en cualquier momento. ¿Qué gano yo con esto? Amazon me paga una pequeña cantidad por cada página que el lector lee. Se puede acceder a esta promoción pulsando en la siguiente imagen, así que no existen excusas para no leer la novela:

Enlace a la promoción

Quien no sea usuario de este programa o no le interese serlo o siéndolo quiera adquirir el libro (sería un gran detalle), puede hacerlo a su precio estándar también en Amazon. Existen dos formatos disponibles: digital e impreso.

El libro electrónico puede descargarse para su lectura en cualquier dispositivo (móvil, tablet, ordenador. Amazon ofrece gratuitamente la aplicación para hacerlo posible) sin necesidad de poseer un lector de ebooks. Tras el pago, en el caso de El Sonido del Fin de 2,99€, se recibe el ejemplar digital inmediatamente. En la imagen, es la flecha rosa.

A los interesados en el libro en formato papel y tapa blanda, decir que tras adquirirlo por 14,17€, Amazon lo envía al domicilio abonando unos pequeños gastos de porte o de manera gratuita (si se es cliente de Amazon Prime o si la cesta de la compra es de un importe no inferior a 29 € o a 19 € en caso de libros). En el gráfico es la flecha azul

En el siguiente gráfico se especifican las opciones que he explicado en la pantalla de compra que encontraréis. Si se pincha la imagen, se enlaza a la tienda de Amazon. Que disfruten la lectura.